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- EL JUBILLO, TORO DE FUEGO o JÚBILO, :
Procedente de Argón, y correspondiendo la palabra "jubillo" a júbilo o alegría, no se trataba sino de un regocijo público acostumbrado, además de en la citada en otras regiones españolas. Consiste en colocar en las astas de los toros bolas de pez o resina que encendían y enmaromando a la res la hacían correr por las calles del pueblo.
Práctica también seguida en las provincias vascongadas con el nombre de "toro de fuego" o "zenzenzusko".
- PERROS:
Consistía en la utilización de unos bravos ejemplares de alanos españoles (perros de presa) que se lanzaban al toro para sujetarlo y en la mayoría de los casos ponerlo en condiciones de que actuase la media luna. Últimamente los perros se les echaban tan solo a los toros mansos, costumbre que fue sustituída por las banderillas de fuego.
- DOMINGUILLOS:
Consistía en echarles a los toros figuraciones humanas ralizadas con cueros de los que sirven para envasar vino -"pellejos"- en otros recipientes, o de corcho cuando no de caña, todos ellos con peso en su parte inferior, para que a pesar de los repetidos envites del animal, no perdiesen estabilidad, cosa que parecía enfurecerle mucho. Fueron usados por última vez el 18 de marzo de 1838.
Es una cierta figura o fantasma, hecha como soldado todo roto, que se llena de paja; luego se pone en la plaza donde se corren los toros... Este fantasma o soldado está ordinariamente vestido de rojo, que es el color de las fiestas y domingos; por eso se le llama Dominguillo, y así el toro persigue con más furia a los así vestidos que a los que llevan otros colores.
Es cierta figura de soldado desharrapado, hecho de andrajos y embutido en paja, al cual ponen en la plaza con una lancilla o garrocha, para que el toro se cebe en él y le levante en los cuernos peloteándole.
Esta invención es muy antigua, y tiene su origen en los romanos en la misma forma, y con el nombre de primipila o pila, que vale tanto como soldado piquero de los que llevaban las lanzas que llamaban pilas, propia arma de romanos».
- DESJARRETE:
Terrible y antigua suerte que consistía en cortar los tendones de las patas traseras de los toros que los diestros no habían podido matar a estoque.
Innoble misión que llevaba a cabo la plebe en las fiestas de toros anteriores al siglo XVIII.
- MEDIA LUNA:
Ésta apareció después de organzarse y reglamentarse las corridas, utilizándose con el mismo fin un largo rematado en un cuarto de círculo de acero, cortante en su borde cóncavo, mientras el convexo uníase a aquel, que venía a tener la longitud de la vara de retener, arma que según parece usaban los negros cimarrones en el siglo XVI para la caza de toros en América.
Instrumento que se empleaba para desjarretar los toros que no se podían matar durante la corrida.
- CHISPA FULMINANTE:
Artificio de pólvora colocado en la testuz del novillo, al que se prendía fuego. En desuso actualmente.
- TRÉBEDES:
Nombre con que "Lagartijo" designa un recurso para ser banderilleados los toros cuyas condiciones hacían tener dificultades que prolongarían el tercio con perjuicio del matador. Colocaba un peón a la cola del toro con el capote preparado, mientras otro llamaba la atención del toro metiéndole el capote por uno de los lados y el banderillero, entrando por el contrario, clavaba el par sin riesgo y sobre seguro.
- DESPEÑE DE LOS TOROS:
Usada en tiempos de los Austrias, que consistía en encallejonar a los toros hasta una rampa de madera resbaladiza con caída sobre un río o estanque, donde, en barca o nadando, les guardaban unos "pseudolidiadores" que les acosaban y hostigaban hasta que salidos nuevamente a tierra, erancapeados, lidiados y acuchillados por gente preparada y dispuestas para ello.
- MONTAR LOS TOROS:
Práctica que nos vino de América y que se realizó frecuentemente en Argentina, México y Perú, consistente en montarse -bien a pelo o con silla o cincha- en un astado, para que desde él matar o rejonear otro y apuntillar el propio.
Maestro en estas lides fue el indio Mariano Ceballos, a quien Goya inmortalizó en sus aguafuertes.
Joaquín Lozano llevó a cabo esta suerte en Madrid, en el año 1820, anunciándose tal habilidad con el título de "El toro ensillado".
En 1908-1910 la practicaba Juan Domingo "El Temerario" y Vicente Martín "El Fideista"
... continúa en capítulo III y último...
jueves, 5 de mayo de 2011
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